Una nueva clasificación mundial, que mide el nivel de educación financiera en 144 países, ha revelado que Brasil ocupa la 74ª posición, por detrás de algunos de los países más pobres del mundo, como Madagascar, Togo y Zimbabue.
La encuesta Mundial de Conocimientos Financieros de S&P Ratings Services, realizada por la división de calificaciones e investigación de Standard & Poor's, se basó en entrevistas realizadas en 2014 a más de 150.000 adultos.
Se trata de uno de los estudios más amplios jamás realizados sobre educación financiera en el mundo.
La encuesta investigaba si los encuestados de cada país dominaban cuatro conceptos financieros básicos: aritmética, diversificación del riesgo, inflación e interés compuesto. Para medir el nivel de conocimientos sobre estos temas, se formularon cinco preguntas cuyas respuestas son universales e independientes del lugar: son preguntas que no abordan cuestiones relacionadas con el contexto socioeconómico de cada país, los tipos de interés aplicados en cada lugar o los mercados financieros locales.
Se consideró que los encuestados tenían conocimientos financieros cuando fueron capaces de responder correctamente al menos a tres de las cinco preguntas, siempre que las respuestas demostraran el dominio por parte del encuestado de al menos tres de los cuatro conceptos financieros básicos estudiados. En Brasil, sólo el 35% de los encuestados acertó al menos tres de los cuatro temas.
El país con la población con mayor formación financiera es Noruega, donde el 71% de los encuestados superó la prueba. En segundo lugar está Dinamarca, con un 71%, y en tercer lugar Suecia, con un 71%. Yemen ocupó el último lugar, con sólo el 13% de los encuestados que superaron la prueba. Albania ocupa el penúltimo lugar con un 14% y Afganistán el penúltimo con un 14%. Estados Unidos, una de las naciones más ricas del mundo, ocupa el puesto 14, con un 57% de aciertos en la prueba.
Según los resultados del estudio, sólo el 33% de la población mundial domina tres de los cuatro conceptos abordados en la encuesta y puede considerarse que tiene formación financiera. Esto significa que dos de cada tres personas, es decir, 3.400 millones de personas, tienen un bajo nivel de educación financiera.
¿Por qué es tan importante la educación financiera?
Muchos creen que una buena educación financiera les aportará riqueza y les hará tener millones en sus cuentas. Un error ingenuo y peligroso, que puede, en poco tiempo, frustrar y no mostrar el verdadero sentido de la organización financiera, haciendo que la persona no persista.
La educación financiera es importante por varias razones, pero no dudo en afirmar que la más relevante de ellas es su poder para acortar el camino hacia la felicidad. Sí, así es, y se lo explicaré.
El mayor objetivo que tenemos en la vida es ser felices (los economistas lo llamarían función de utilidad y los matemáticos función a optimizar). Y que cada cual, de forma libre y absolutamente democrática, identifique y persiga lo que le hace feliz: desde escuchar el canto de los pájaros a las 6 de la mañana hasta un bonito viaje a las Islas Maldivas, ¡todo vale! Mi argumento central es que no debemos ahorrar dinero por pura avaricia, sino para ser más felices.
Veamos:
1. Una persona con una buena educación financiera empieza por organizarse financieramente: sabe cuáles son sus ingresos, sus gastos y, no menos importante, que su principal gasto tiene que ser su futuro yo, es decir, el primer elemento de su lista de gastos es ella misma. Nótese el cambio de paradigma: ya no es lo que sobra lo que voy a ahorrar, sino sólo gastar lo que sobra después de ahorrar. Una persona bien organizada financieramente se da cuenta de que es mucho más importante ahorrar que tener gastos superfluos en los que incurrimos casi sin darnos cuenta. Reconoce que es su felicidad lo que hay en esa cantidad apartada para el futuro y, por tanto, está contenta y satisfecha con lo que consigue ahorrar cada mes.
2. Una persona con una buena educación financiera sabe cuánto cuesta un sueño y, sobre todo, cuánto esfuerzo requiere hacerlo realidad. Parece sencillo, pero este punto es relevante para determinar qué sueños merecen realmente la pena. Recuerdo que oír cantar a los pájaros a las 6 de la mañana o contemplar una hermosa puesta de sol junto a las personas que queremos pueden convertirse en momentos de felicidad extrema que requieren muy poco (o ningún) esfuerzo económico.
3. Una persona con formación financiera es capaz de fijarse objetivos adecuados que justifiquen esfuerzos redoblados pero transitorios hacia algo mucho mayor que verdaderamente valora.
4. Una persona bien organizada económicamente está mejor preparada para ayudar a su prójimo y a sus seres queridos.
En resumen, una persona con educación financiera tiene varias opciones y se diferencia de quienes no tienen una organización financiera adecuada. Estas opciones hacen que todo salga más barato, gastando menos para comprar lo mismo. Y esto, combinado con el valor del dinero a lo largo del tiempo (¡el interés trabaja a favor, nunca en contra!), hace que los sueños se hagan más cercanos.
Fuente: Exame, Valor Investe e redação
https://exame.com/invest/minhas-financas/brasil-e-o-74o-em-ranking-global-de-educacao-financeira e https://valorinveste.globo.com/blogs/carlos-heitor-campani/coluna/por-que-educacao-financeira-e-tao-importante.ghtml
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