No rechazar a nadie.
Una persona íntegra no rechaza a nadie por lejano que pueda sentirlo, aunque no se compartan algunos valores y puntos de vista del otro.
Es una invitación que requiere nuestra responsabilidad. En efecto, si experimentamos una abundancia de ternura, nos sentimos por nuestra parte llevados a recibir a cada prójimo, hombre o mujer, joven o mayor, sano o enfermo, perteneciente a nuestra cultura o no… Y no rechazaremos a nadie.
En Quebec (Canadá), una comunidad cristiana está comprometida a recibir a muchas familias que llegan a ese país desde diferentes lugares del mundo: Francia, Egipto, Siria, Líbano, Congo… Todos ellos son recibidos y ayudados, incluso considerando la inclusión e integración. Esto significa responder a sus varias exigencias, llenar los requisitos relativos al estatuto de refugiados o residentes, coordinar con las escuelas para sus hijos, acompañarlos a descubrir su barrio. También es importante la inscripción a los cursos de francés y a la búsqueda del trabajo.
Guy y Micheline escriben: “Una familia siria llegada a Canadá escapando de la guerra, encontró otra, apenas llegada y todavía muy desorientada. A través de las redes sociales, se activó la solidaridad y muchos amigos les hicieron llegar lo necesario: camas, toallas, ropa de vestir, libros y juegos para niños ofrecidos espontáneamente por otros niños de nuestras familias, sensibilizados por los padres. Recibieron más de lo que necesitaban y, a su vez, ayudaron a otras familias pobres en el edificio. LA IDEA DEL MES de ese mes era: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Así podemos transformar en vida esta propuesta de amor recíproco: dando testimonio de proximidad frente a cada prójimo, como individuos y como comunidad. Nos ayuda esta meditación de Chiara Lubich sobre el amor de misericordia. Escribe que “es el amor el que abre el corazón y los brazos a los más necesitados, a los desesperados de la vida, a los pecadores arrepentidos. Un amor que sabe recibir al prójimo desorientado, amigo, hermano o desconocido, y lo perdona infinidad de veces. Un amor que no mide y no será medido. Es una caridad florecida con mayor abundancia, más universal, más concreta de la que se poseía antes (..) La compasión es la expresión última de la caridad, la que la lleva a su realización más plena. Y la caridad supera el dolor, porque este pertenece sólo a esta vida, mientras que el amor perdura para siempre”.
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LA IDEA DEL MES, en base a textos de Letizia Magri, surgió en Uruguay en el contexto del diálogo entre personas de diversas convicciones religiosas y no religiosas cuyo lema es “construyendo diálogo”. La finalidad de esta publicación es contribuir y promover el ideal de la fraternidad universal. Actualmente LA IDEA DEL MES se traduce a doce idiomas y se distribuye en más de 25 países.
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